Luis Francisco Pérez nació en Roquetas de Mar, aunque a los 19 años decidió partir a Málaga para estudiar Comunicación Audiovisual. Ligero equipaje fue el que llevó consigo: algo de ropa, la inocencia del que empieza y las ganas de aprender. Ahora, a sus 30 años, ha realizado un viaje de regresión para concursar en el X Festival internacional Almería Corto, en el que ha obtenido el premio al mejor corto almeriense por En la próxima parada. Aunque esta vez ha tenido que facturar varias maletas para poder guardar sus seis cortometrajes y una década de ilusiones renovadas.

En exclusiva para  ALMERIAdeFIESTA, os presentamos a Luis Francisco Pérez.

¿De qué trata En la próxima parada?

Javi quiere tener novia, pero es un fracaso con las mujeres. Carmen pierde su agenda en una parada de autobús; cuando Javi la encuentra, se da cuenta de que Carmen podría ser la mujer que siempre ha estado buscando.

¿Cómo surgió la idea?

Surgió allá por el 2001 cuando estudiaba Comunicación Audiovisual en Málaga y viajé a Madrid de vacaciones con mis amigos de Roquetas. Íbamos por la Gran Vía y nos encontramos una agenda en una parada de autobús. A partir de ahí me inventé la historia que a mí me gustaría haber vivido.

¿Has recibido algún tipo de ayuda para rodar tu corto?

Recibimos una ayuda del Área de Juventud del Ayto. de Málaga, ya que mi gran amigo Miguel C. Rodríguez es de allí y ejerció de co-productor ejecutivo. Más que subvención fue una ayuda, ya que no necesitas ser productora para recibirla. Además, la cantidades son más pequeñas, nos dieron 3000 euros, y eso es exactamente lo que costó la producción.

¿Cómo lo estás distribuyendo?

De la distribución se ocupa una empresa madrileña, The House of Films. Lo estoy pagando de mi bolsillo, llevo casi 2000 euros invertidos.

¿Qué película le recomendarías a tu mejor amigo? ¿Y a tu peor enemigo?

A mi mejor amigo, Casablanca, El apartamento y Conan el Bárbaro. A mi peor enemigo, Concursante.

¿Directores fetiche?

Billy Wilder y Woody Allen.

Desde que grabaste en 2005 tu primer cortometraje Manolito Espinberg, te has parado en muchas estaciones. ¿Qué le dirías ahora a ese joven director que decidió subirse al autobús del séptimo arte?

Le diría que tomó la decisión correcta, y que siga luchando con la misma ilusión que al principio, porque esta es una carrera muy larga y con todo lo que cuesta sacar los proyectos adelante lo más fácil sería rendirse.

¿Cuál es tu próximo destino?

Tengo un proyecto a medio plazo, una trilogía de historias breves, con dos personajes y un decorado, primero en teatro y luego en cine. Además, cuando tenga tiempo y dinero, me gustaría rodar Autobiofilmografía a los 30, una historia sobre mi propia vida con la que pretendo entretener al público...¡al mismo tiempo que me sirve de terapia personal!

Hacer cortos para vivir o vivir para hacer cortos

Hace un tiempo era más asequible lo primero, pero el abaratamiento de las cámaras, sumado a que cada vez hay gente más preparada, hacen que sea prácticamente imposible. Así que me inclino por lo segundo, vivir para hacer cortos y sacar lo que uno lleva dentro, independientemente de que sea rentable o no. Eso es lo más importante, ser fiel a uno mismo y no tener miedo de mostrarse tal y como uno es.

¿Qué sientes cuando proyectan tu corto en un festival?

En las primeras proyecciones siempre estás más nervioso porque te sientes más expuesto, pero a medida que ya lo has probado con diferentes públicos te relajas y empiezas a disfrutar de la experiencia, en especial cuando el público es de Almería, es muy emotivo, porque muchas de las personas que asisten son gente que te conoce.

Has tenido el privilegio de ser el almeriense que gana la edición más austera del Festival Almería en Corto. ¿Algo qué decir?

Que ha estado muy bien y se ha demostrado que no hacen falta grandes presupuestos, sino muchas ganas e imaginación. Sin embargo, he echado en falta ciertos aspectos que cuidaban más en ediciones anteriores, como hacer que hubiese más relación entre los cineastas participantes, sobre todo con los de fuera. Ni siquiera se celebró un encuentro o fiesta posterior a la Gala de Clausura.

¿Por qué siempre todo el mundo se queja del ganador, excepto el ganador?

Todos ponemos mucha ilusión en nuestros proyectos, y es lógico que se produzca cierta frustración cuando no ves todos tus meses de trabajo recompensados. De todas formas lo de los premios es muy relativo, ya que en la mayor parte de las veces es casi una lotería que depende del gusto de 3 o 5 personas. A mí al principio me afectaba más, hasta que una vez formé parte de un jurado y me dí cuenta de la gran cantidad de factores que influyen en este tipo de decisiones. Pienso que lo importante es estar orgulloso y aprender del trabajo que has hecho con tu equipo, y si has sido honesto con tu historia, siempre habrá un público que te reconocerá el esfuerzo.