Miki Dkai es un terremoto allá por dónde va. Este gaditano afincado en Aguadulce ha hecho de su pasión un modo de vida. Gracioso donde los haya, va consiguiendo un lugar privilegiado en el mundo de la comedia. ALMERÍAdeFIESTA estuvo con él antes de su actuación en El Club de los Increíbles.

Como andaluz en general, y como gaditano en particular...¿Tienes siempre la responsabilidad de ser un tipo gracioso?

Los andaluces somos graciosos, lo que pasa es que los gaditanos tenemos un plus. Imagínate que un gaditano como yo no haga reír...la caída sería más grande.

¿Cómo fue la experiencia de entrar en el mundo de los monólogos de la mano de Pepe Céspedes y Paco Calavera?

Ellos me vieron en mis primeras actuaciones y me ayudaron mucho. Son muy buena gente. Dos personas llanas y entrañables. Si ven que puedes se vuelcan. Estoy muy orgulloso.

¿Hacer reír es un don o un trabajo?

Es un don natural, yo siempre he hecho reír. No es una cosa que a mi me cueste trabajo hacer. Eso se lleva en la sangre, es innato; trabajándolo un poco puedes conseguir hacer de esto una profesión. Yo cuando salgo al escenario, sin abrir la boca, la gente ya se está riendo, y eso a muchos les cuesta trabajo conseguirlo. Un humorista nace y luego se pule, no se consigue de la noche a la mañana. O tienes gracia o no la tienes.

¿Qué es lo que te pone a ti de mal humor?

El hambre es lo que me pone de mal humor. Cuando tengo hambre creo que si me enfado. Yo pienso que cuando las cosas se ponen feas, siempre hay que intentar afrontarlas con unas risas y así poder verlas de otra manera. Siempre hay que reirse.

¿Cuándo fue la ultima vez que dijiste tierra trágame?

Muy grande tiene que ser la tierra pa' tragarme a mi. En un aeropuerto me pasó una cosa muy graciosa. Yo antes de embarcar me había comprado un bote de colonia que me había costado 70 euros nada menos. Cuando voy a entrar me dice el gachón que eso no lo podía meter, por la ley aquella de los líquidos. Y yo ni corto ni perezoso cogí el bote y me lo eché entero... una peste formé... que yo no sé como no me dejaron entrar, tenías que ver la cara que me pusieron las azafatas...

¿Cuáles son los temas que más hacen reír al público almeriense?

Al público de Almería lo que le llega es que conozcas lo local, sus cosas, sus expresiones. Un humor directo, claro y dinámico que no le des la chapa. Es un público entendido y muy agradecido, pero te lo tienes que trabajar.

¿Cómo lleva tu familia que te dediques al mundo del artisteo?

Yo creo que lo llevo peor que ellos, se va llevando. Mis niñas están contentas de que su padre salga en la radio, aparezca en carteles... Yo estar días fuera de casa lo llevo peor. Para mi no es un trabajo, al disfrutarlo yo, ellos son felices.

¿Qué retos profesionales tienes?

Yo no quiero estancarme, llevo poco tiempo. Lo que estoy haciendo es dar pasos cortos pero seguros y así avanzar correctamente. No tengo retos televisivos por ahora, prefiero hacer cosas como estar en El Club de los Increíbles, rodeado de grandes compañeros que ya quisieran muchos cómicos. Hay que ir poco a poco, con trabajo, siendo respetuoso y humilde, que así se llega bastante lejos.

¿Te consideras un tipo increíble?

Yo soy increíble desde que nací, un espectáculo de la naturaleza. Si haces reír a otra persona ya eres un tipo increíble y más en los tiempos que corren.

¿Dónde te gusta perderte en Almería?

Yo que soy gaditano, me encanta la playa, pero como las playas de Almería he visto muy pocas. Toda la parte de Cabo de Gata, los Genoveses, la Playa de los Muertos... son una pasada. Pasear por esas playas no tiene precio, son espectaculares. Ese sería mi sitio para perderme en Almería, de hecho cuando tengo la ocasión es allí donde me escapo.

Cuando sales fuera ¿qué es lo que echas de menos de Almería?

Mira, en sólo dos años que llevo viviendo aquí he conseguido grandes amistades, cuando tengo que salir, se echan en faltan. Los almerienses sois gente que no se abre fácilmente, pero una vez que os entregáis sois los mejores. El clima que vosotros tenéis aquí todo el año es envidiable y cuando te tienes que ir a trabajar a Valladolid por ejemplo, te acuerdas del calorcito de Almería.

¿Es distinto el público de los locales y salas de fiestas, al público que se sienta en las butacas de un teatro?

Por supuesto, la gente que va al teatro a verte espera un humor más limpio. En un local de copas a las 2 de la mañana tienes que ir a saco, son ambientes distintos. En un local tienes que estar más pendiente de captar al público, en un teatro ya vienen predispuestos a reírse. Aunque sean distintos, para mí, son igualmente satisfactorios.

¿Cómo te definirías encima de un escenario?

Yo creo que soy distinto, mis amigos me dicen que soy un kraken. Tengo algo diferente, cambio mucho el ritmo, soy dispar y ahí está lo bueno, que no recuerde a ningún otro cómico.

Se ve que eres de buen comer. De la comida almeriense ¿Qué es lo que te priva?

Madre mía, las tapas, me encantan. Yo antes no bebía alcohol, y ahora por tal de ir de tapas me he aficionado a la cerveza. Las morcillas de Serón, las migas... tenéis muy buen pescaito...

Entrevista realizada por:
JOSE MARÍA ROMERO GARCÍA